Plumas Pioneras: Mujeres periodistas que desafiaron al silencio

Fuente: Onda Cádiz

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Las primeras mujeres periodistas, tanto en España como a nivel mundial, no lo tuvieron fácil. Además de enfrentarse a un entorno hostil generado por un mundo que parecía hecho solo para hombres, tuvieron que enfrentarse a la legislación del Gobierno de su país, al analfabetismo y a sus propios problemas personales. Pero para entenderlo, hay que conocer el contexto de estas valientes mujeres que se convirtieron en las primeras periodistas.

Contexto Nacional

Fuente: La Capilla Cultural

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 A lo largo de los siglos XIX y XX, España sigue los pasos de sus vecinos europeos en lo relativo al papel de la mujer en la sociedad y en el mundo laboral, aunque de forma más lenta y, en ocasiones, con ciertos periodos de estancamiento.

En el siglo XIX se produce la eclosión del periodismo en España y aparecen numerosos periódicos, tales como El Español, El Heraldo, El liberal, La Esperanza, El imparcial y El pensamiento de la nación. En 1804 se publica El Correo de las Damas, que contaba con una redacción totalmente masculina pero que publicaba contenidos dirigidos a las mujeres con una línea apolítica.

Durante este siglo la mujer se veía encasillada en el papel de “ángel del hogar”. Este concepto se refiere al pensamiento de que la mujer ideal basaba su vida en ser la esposa y la madre perfecta que se olvida de sí misma para dedicarse exclusivamente al cuidado de la familia y el hogar, sin dejar de lado los valores de religiosidad y el carácter sumiso.

Una de las grandes problemáticas de esta etapa fueron las altas tasas de analfabetismo al que tuvieron que hacer frente las mujeres en España. En 1860, el 86% de la población femenina era analfabeta y en 1900, el 71% de las mujeres seguían sumidas en el analfabetismo. Este hecho se producía como consecuencia del ideal de la mujer como ángel del hogar, ya que se consideraba que la educación de las niñas era poco importante porque su único objetivo debía ser el de ejercer el papel de madre y esposa.

La prensa femenina se consolida en España a mediados del siglo XIX, mucho más tarde que en Inglaterra y Reino Unido. Las publicaciones femeninas, principalmente revistas de modas y de salones, llegaron al país de la mano de los que se exiliaron a los países vecinos durante la etapa del reinado absolutista. Es en este siglo cuando los periódicos empiezan a dirigirse a distintos tipos de lectores, y es así como aparecen las primeras publicaciones destinadas a mujeres. Algunos ejemplos de estas cabeceras de moda son  Eco de la Moda o La Moda elegante: periódico de las familias. Otra temática que abordaron fue las relacionadas con el trabajo, como en  La Mujer y el Trabajo.

El claro antecedente a la prensa femenina de este siglo fue La Pensadora Gaditana. Se trata de la primera publicación de defensa de la mujer, publicada por Beatriz Cienfuegos en la España de la segunda mitad del siglo XVIII.

Las primeras revistas femeninas españolas comenzaron a publicarse en 1833, tras la muerte de Fernando VII, monarca que ejercía una fuerte censura de la prensa. La llegada de una nueva legislatura permitió la apertura de la prensa y se produce un crecimiento exponencial de nuevas cabeceras y de publicaciones femeninas.

En 1851 aparece el periódico Ellas, con una temática reivindicativa y liberal radical y en el que escribirán grandes autoras como Ángela Grassi y Robustiana Armiño.

En 1864 surge El Ángel del Hogar, en el cual se defendían los derechos de la mujer desde una posición católica. Otros dos periódicos protofeministas destacables fueron La Mujer y La Ilustración de la Mujer.

Las primeras firmas femeninas que aparecieron en estos artículos pertenecían a un grupo de escritoras que, al publicar en prensa, se encontraron con un entorno hostil que las obligó a renunciar a firmar con su verdadero nombre y a recurrir a seudónimos masculinos con el fin de que sus publicaciones tuvieran un mayor alcance y para no verse censuradas o expulsadas de las redacciones por escribir contenidos propios del sexo opuesto.

Aunque esto supuso un importante avance para que las mujeres pudieran ejercer el periodismo, la apertura casi total no se produjo hasta bien entrado el siglo XX.

 

LLEGA EL SIGLO XX

El feminismo en España a partir de 1900 ha experimentado una evolución significativa, puesto que han ido surgiendo varios activismos políticos practicados por mujeres.

Durante las primeras décadas del siglo XX, las mujeres españolas seguían encasilladas en un papel dedicado al cuidado del hogar y a la crianza de los hijos.

A pesar de las limitaciones, la prensa va a seguir siendo una vía privilegiada de transmisión del activismo feminista y permitirá una transgresión progresiva de las barreras sociales. Además, las periodistas se incorporan a las redacciones de medios de información generalistas. En cuanto a la prensa declaradamente feminista, sus publicaciones reflejaban las diferencias ideológicas de los movimientos sociales del momento.

Las revistas de moda tuvieron gran importancia ya desde el siglo anterior. En la revista El Hogar y la Moda, que surge a principios de siglo, se abordaban temas de interés para las mujeres, incluyendo moda, hogar y literatura. Este tipo de magazines femeninas comenzaron a producirse en Barcelona y, de esta manera, la mujer comenzó a incorporarse al mudo laboral urbano. En 1928 surge Margarita, una revista fundada por la escritora Consuelo Berges que se centraba en literatura y temas culturales, con una fuerte presencia femenina en su redacción.

Además de las revistas de moda, cobraron relevancia en esta época las relacionadas con la economía doméstica y la educación, las revistas infantiles, las de crónica social y audiencia mixta, etcétera. En 1936 se publica Mujeres Libres, que abogaba la emancipación de las mujeres y la educación.

Ya adentrados en el siglo XX, se pueden destacar varias cabeceras de tinte publicadas por asociaciones de mujeres. En este sentido, tiene relevancia Mujeres de España: boletín informativo, con una clara postura conservadora.

La alfabetización femenina y masculina fue avanzando a lo largo de este siglo, de esta manera influía en el aumento del público lector de prensa. Las mujeres se convierten en un público lector importante, es por ello que empiezan a aparecer secciones o páginas femeninas en los diarios generalistas.

Fuente: Historia National Geographic

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Fuente: Telva

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Fuente: WMagazine

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ROSARIO ACUÑA VILLANUEVA

Rosario de Acuña y Villanueva dejó una huella indeleble en el periodismo y la literatura española. Su obra y pensamiento fueron un faro en la lucha por la igualdad de género y la defensa de los derechos de los más desfavorecidos en la sociedad española.

Su incursión en el periodismo se remonta a 1874, cuando comenzó a colaborar con La Ilustración Española y Americana. En su labor periodística, Rosario se convirtió en una voz crítica que denunciaba la desigualdad de género y las instituciones que la sostenían y perpetuaban. A partir de 1884, sus aportaciones a Las Dominicales del Libre Pensamiento, un semanario madrileño fundado y dirigido por Ramón Chíes, cobraron especial relevancia. En este medio, trabajó codo con codo con Ángeles López de Ayala, formando un frente común en la defensa de la igualdad.

Durante esta etapa central de su vida, Rosario incrementó notablemente su producción literaria y periodística. Sus colaboraciones se hicieron habituales en los principales periódicos de la época, como El Imparcial y El Liberal, así como en destacadas revistas españolas, como la Revista Contemporánea y la Revista de España. Su pluma se convirtió en una herramienta de denuncia y reflexión, contribuyendo a la transformación social y al avance de los derechos de las mujeres en España.

ROBUSTIANA ARMIÑO

Robustiana Armiño y Menéndez, una figura literaria y periodística de renombre, nació en Gijón en 1821 y murió en Madrid en 1890. Aunque algunos la consideraban una escritora de “segundo orden”, su influencia en el periodismo y la literatura española es incuestionable.

Armiño comenzó su carrera periodística en su juventud, publicando poesía en varios periódicos y revistas, incluyendo El Nalón y Revista de Asturias, El Guadiana y El Pensamiento. Su habilidad para la escritura y su sensibilidad poética le valieron un reconocimiento considerable en su tiempo.

En 1848, se casó con Juan de la Cuesta Ckerner, médico y fundador y director de La Correspondencia Médica. Después de su matrimonio, se mudó a Salamanca, donde continuó su trabajo literario y periodístico. Armiño colaboró frecuentemente con la revista Los hijos de Eva: Semanario de literatura, ciencias y artes, que comenzó a publicarse en 1849 bajo la dirección de Ventura Ruiz Aguilera. En esta revista, publicó varios poemas, incluyendo uno dedicado a su tierra natal, otro a un gitano y otro con notas autobiográficas. En 1859, se mudó a Madrid, donde continuó su trabajo periodístico y literario. Fue invitada a participar en la “corona poética” en honor de Manuel José Quintana, junto a otros escritores de renombre como Gustavo Adolfo Bécquer, Pedro Antonio Alarcón, Ángela Grassi, María del Pilar Sinués, entre otros.

 Además de su trabajo periodístico, Armiño también se destacó como novelista. Su novela Dramas de la costa fue publicada por entregas en La Ilustración Gallega y Asturiana en 1880. A pesar de su relativa oscuridad en la historia literaria, la obra de Robustiana Armiño y su contribución al periodismo y la literatura española merecen un reconocimiento más amplio.

Su vida y obra son un testimonio de la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres en una época de grandes cambios sociales y culturales.

PATROCINIO DE BIEDMA

La escritora Patrocinio de Biedma nació en el seno de una familia aristocrática en 1845. Se casó con tan sólo dieciséis años y tuvo tres hijos fruto de ese matrimonio. Al quedarse viuda años más tarde, en 1873, fue cuando realmente se dedicó a su producción literaria. Varios años después y en medio de su apogeo como autora, se volvió a casar con José Rodríguez, propietario de La Crónica. En 1927 finalmente falleció en la ciudad que la vio emerger como autora, Cádiz.

En esta época convivían en el panorama literario español varias periodistas y autoras, de diferentes clases sociales y con diferencias económicas muy dispares. Patrocinio de Biedma pertenecía al grupo de mujeres que no trabajan para poder mantenerse, si no que era su forma de independencia. La vida de esta autora no fue nada fácil pese a haber nacido dentro de una familia acomodada y gozar de una economía favorable familia, la muerte de sus tres hijos y quedarse viuda condicionó e impulsó su actividad profesional en gran medida.

Patrocinio de Biedma escribió novela, poesía y una multitud de artículos en diferentes periódicos, en los que en principio firmó con el seudónimo “Ticiano Imab”. Comenzó publicando varios libros de poesía, algunos de ellos escritos durante su juventud. También escribió novelas, que se publicaron por entregas en La Moda Elegante y la Revista de España. Cuando todavía no era muy conocida, colaboraba en El Ángel del Hogar junto a grandes de esos años como Gertrudis Gómez.

La autora publicó la mayor parte de sus libros de poesía tras la muerte del último de sus hijos, al que dedicó “Recuerdos de un ángel: Elegías a la memoria del niño Don José María del Olvido Quadros de Biedma, muerto a los seis años de edad”.

Patrocinio de Biedma fue una de las protagonistas de la nueva generación de periodistas que se forma a partir del sexenio democrático en España. Es una etapa de progresismo en la que las mujeres también a dirigen las cabeceras de la prensa. La lucha de las mujeres se hace notar en el país, en sus publicaciones incluyen posturas e ideas librepensadoras y escriben sobre temas hasta entonces solo tratados por los hombres.

La aparición de firmas femeninas en las revistas culturales es una de las consecuencias de la profesionalización del periodismo entre mujeres. Esta autora es pionera en escribir sobre cultura en sus publicaciones, puesto que la alta cultura hasta ese momento solo era tratada por los hombres.

Patrocinio fundó en 1877 la revista Cádiz en la ciudad gaditana a la que debe el nombre, alcanza gran éxito y prestigio en el país. Se trata de una revista literaria y cultural en la que no se tratan temas políticos, si no que publica artículos de índole diversa (biográficos, literarios e históricos), novelas, poemas…

El fin de su revista llegó en 1881 pero su producción no terminó en ese momento, siguió colaborando en prensa. Siguió escribiendo en torno a una temática literaria y cultural y el derecho de la mujer a la educación y al trabajo eran los grandes temas expuestos en sus artículos periodísticos, publicados en el Diario de Cádiz o El Imparcial; entre otros.

Patrocinio de Biedma participó, junto a otras 92 escritoras, en un proyecto editorial conocido como "Las mujeres Españolas, Americanas y Lusitanas pintadas por sí mismas"; publicada por Faustina Sáez de Melgar en 1881.

ÁNGELA GRASSI

Ángela Grassi y Techi fue una de las primeras directoras de revistas en España. Nació en Cremona (Italia) y se trasladó a España con seis años junto a su familia, aunque pronto quedó huérfana. Estudió música y obtuvo el título de maestra, profesión a la que nunca se dedicó. En 1856 se casó a una edad muy avanzada para su época, pero pronto quedó también viuda. Después de una larga trayectoria, falleció en el año 1883 en Madrid.

La autora del libro, Carolina Pechorromán, la describe como una mujer “hecha a sí misma” que logro recuperarse de la muerte de sus padres y de su marido, sacando adelante su carrera con el único apoyo de su hermano Carlos Grassi.

Es una autora considerada tradicionalista y ultraderechista, la visión de la mujer que ofrece durante su carrera es la de hija, esposa y madre. Sus publicaciones se organizaban en torno a Dios y la Fe y trataban la religión como una celebración de la creación. Para ella, la mujer era el ser más idóneo para influir y educar a la sociedad, convirtiéndola en más responsable y moral. La mujer actuaba como aliada y utilizaba las conocidas como “armas de mujer” para manipular a los hombres e influir en su entorno.

Ángela Grassi comenzó su andadura en las letras escribiendo obras teatrales y poesías, más tarde y a lo largo de toda su vida fue publicando novelas de gran éxito.

Su primera aparición pública fue con la obra "Crimen y expiación" en el Teatro de Santa Cruz. Comenzó a colaborar en El Pensamiento y El Polichinela en 1844 con grandes aportaciones de poesías, novelas, libros didácticos y relatos. Desde entonces fue progresando con grandes esfuerzos y trabajo, lo que la llevó a convertirse en una de las autoras más relevantes durante el periodo isabelino. Los poemas eran una de sus grandes pasiones y a los 29 años ya tenía un libro que recopilaba alguna de ellas.

A pesar de que pertenecía al grupo de pensadoras del canon isabelino que consideraban la domesticidad como ideal femenino, escribía sus obras mostrando gran personalidad y libertad, lo que hacía que dicha domesticidad se combinase con otros contenidos sociales más alternativos. Una de sus obras que seguía este formato fue "La Despedida", un poema de desamor publicado en la revista femenina Ellas.

En sus colaboraciones en La Mujer, una publicación coetánea a Ellas, mostraba una composición de poemas bastante diferente con tres estilos fundamentales: el religioso, el bucólico y el patriótico.

En 1861 publicó "El bálsamo de las penas. Novela de costumbres" en La Crónica de Ambos Mundos, medio madrileño en el que ya colaboraba. Tras la publicación de esta novela por entregas, su producción creció y sus relatos protagonizaron las secciones de Folletines de periódicos políticos y prensa femenina, se trataban de historias melodramáticas de tono moral. Las protagonistas de sus obras eran mujeres consideradas heroínas que sufrían varios contratiempos como en "Angélica", una novela ambientada en la Francia de las luchas entre revolucionarios y realistas y protagonizada por una mujer que debía enfrentarse a numerosas adversidades.

Durante su trayectoria como novelista hay que destacar la mención honorífica que recibió por parte de la Real Academia Española por su libro "Las riquezas del alma" y el Premio Rodríguez Cao a su novela "La gota de agua".

La educación de las mujeres fue un tema recurrente en muchas de sus obras, incluso llego a colaborar en La Educanda, una revista centrada en la enseñanza y dirigida a madres con el objetivo específico de influir en la instrucción de sus hijos e hijas.

A partir de los años 70, las mujeres toman la dirección de las revistas femeninas y muchas de las pioneras del periodismo de los años anteriores se convierten en directoras de las conocidas como “femeninas”. Este es el caso de Grassi, que fue directora de la revista El Correo de la Moda desde 1866 hasta su muerte en 1883. Esta revista femenina fue el magacín de moda de la época, se convirtió en una de las más longevas de la prensa española. Tenía una periodicidad quincenal y se distribuía en fascículos de 16 páginas.

Sus contenidos bajo el mando de Grassi inicialmente eran de moda o temas similares dedicados a la mujer, sin embargo, fue introduciendo temas destinados a la instrucción social, moral y religiosa y a la educación.  A su vez, se incluían en sus páginas poemas y obras de las escritoras “isabelinas”, también de su propia directora.

MARÍA DE ECHARRI
María De Echarri nació en 1878 en El Escorial, Madrid. Destacó por su labor como activista católica gracias a su presencia en la prensa, además de por su participación en la creación de La Unión de Damas Españolas del Sagrado Corazón. Además de ser escritora, periodista, oradora activista, católica militante, colaboradora de Acción Católica e impulsora del Primer Sindicato Católico Femenino en España, fue secretaria nacional de los Congresos Católicos de Obras de Protección de las Jóvenes.
María De Echarri trabajó en numerosas cabeceras de periódicos generalistas de carácter informativo, en las que escribió sobre temas religiosos y sociales referidos a las mujeres en su mayoría, a la moral y las costumbres.

En sus piezas periodísticas desarrolló argumentos contra el laicismo y las corrientes librepensadoras sobre educación, la familia, el papel de las mujeres en la sociedad y contra el feminismo templado de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas. Entre los medios en los que colaboró destacan El Noticiero Universal, La Vanguardia de Barcelona, El Debate, La Acción, El Siglo Futuro, La Nación, La Época, el diario Ya, ABC, y varias revistas católicas.

A comienzos del siglo XX su firma estuvo presente en La Independencia de Almería, El Diario Palentino, Región de Oviedo, La Cruz de Tarragona, La Atalaya de Santander, Diario de Valencia, El Tradicionalista de Gerona, y el Diario Vasco, entre otros. En el año 1926 ingresó en la Asociación de la Prensa de Madrid. Su compromiso con la causa femenina, a la par que con la causa obrera, cuando promovió la ley de la silla de 1912 a través de la prensa, pero se opuso al feminismo progresista.

Doce años después fue designada concejala del Ayuntamiento de Madrid y en 1927 ingresó como miembro de la Asamblea Nacional Consultiva de la Dictadura. Cuando finalizó la Guerra Civil mostró su apoyo a la nueva línea política del país.
Cuando cayó la dictadura de Primo de Rivera en 1930, su fama decayó de forma notable, por lo que fue apartada del activismo católico a nivel social de manera progresiva, pero esto no supuso que Echarri abandonara la Acción Católica y el Secretariado Benéfico y Social o la Obra Teresiana, en la que comenzó a trabajar en 1925. María De Echarri fallece finalmente en 1955, 25 años después del fin de la Dictadura de Primo de Rivera, en San Sebastián.


CONSUELO GONZÁLEZ RAMOS

Consuelo González Ramos nació en 1877 en la provincia de Valladolid. Estudió magisterio en su ciudad de nacimiento y en Francia.
En 1909 y con poco más de treinta años se trasladó a África para trabajar como voluntaria. Durante su estancia en Melilla estuvo en la campaña de Kent (1911- 1912) y escribió un libro bajo el seudónimo “Doñeva de Campos”, en el que describe el papel de las mujeres españolas en la Guerra de Marruecos: La mujer española en la campaña de Kert.
Consuelo González Ramos, a la que más bien se la conoce por “Celsa Regis”, fue una de las principales y más transversales activistas de la prensa feminista española. El feminismo en el que creía constaba de una importante base cristiana, de la que nunca se separó para ganar alianzas tanto en la derecha (Acción Católica) como en la izquierda (ANME). Participó en la fundación de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas el 20 de octubre de 1918, cuando acompañada de un grupo de mujeres crearon la que se convertiría en la organización feminista más importante de España.


Bajo un espíritu pedagógico y unos objetivos marcados por llegar a la justicia universal, creó La Voz de la Mujer en 1917. La Voz de la Mujer fue la publicación más longeva de todas las de la época, se publicó desde el 1 de mayo de 1917 hasta el 30 de abril de 1931. Sus contenidos pretendían ser apolíticos, puesto que Celsa Regis consideraba que la política alejaba a las mujeres.
Durante los 15 años de publicaciones, su subtítulo varía y pasa de ser Revista mensual dedicada a la defensa de la mujer. Periódico feminista, de progreso social, de cultura y orientación profesional de la mujer.

Este cambio de nombramiento refleja que comenzó siendo un medio dedicado a la defensa de los derechos de la mujer y que con los años y, adaptándose a las circunstancias sociales, fue convirtiéndose en un periódico en el que también se denunciaban las injusticias sociales.
Consuelo González Ramos también creó Las Subsistencias, que trataba la difícil situación económica de las mujeres dedicadas al campo.


Por otra parte, el mundo de la tipografía fue destacable en su vida. Promocionó este nuevo oficio entre las jóvenes de clases populares y fundó la Escuela de Tipógrafas que componían las páginas de su periódico. Durante años mantuvo esta escuela, haciendo frente a los problemas con el sindicato de tipógrafos.
Finalmente, en su época como concejala, consiguió el derecho para que las mujeres trabajasen en la imprenta.

Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, fue nombrada concejala municipal por Madrid en el año 1924. Su postura favorable a la dictadura la enfrentó a otras destacadas feministas, como por ejemplo Carmen de Burgos, de ideas completamente contrarias. Una vez comenzó la República, la autora se retiró y años después falleció en Madrid (1956).
Celsa Regis fue un personaje fundamental del feminismo durante el siglo XX y su periódico, La Voz de la Mujer, uno de las más importantes publicaciones feministas en España.

MATILDE MUÑOZ BARBERI
Matilde Muñoz Barberi, nacida el 11 de abril de 1895 en Madrid, fue una figura influyente en el periodismo y la literatura española del siglo XX. Matilde, hija del periodista Eduardo Muñoz García, se graduó en Filosofía y Letras en Madrid, obteniendo un doctorado con especialización en el Siglo de Oro.

Su incursión en el periodismo comenzó en El Imparcial, un diario de Madrid, donde publicó críticas de arte y sus primeras obras.
Matilde empezó a colaborar con El Imparcial en 1913. Tras el fallecimiento de su padre, Mariano de Cavia, un cronista reconocido de la época, presentó a Matilde Muñoz en la primera página del periódico.

La sección cultural de El Imparcial fue una de las más destacadas en español durante muchos años, con colaboraciones de figuras de la Generación del 98 como Unamuno, Maeztu, Azorín y Baroja.
Además de su trabajo en El Imparcial, Matilde contribuyó a numerosas revistas y periódicos, como la novela gráfica Estampa y fue una de las voces del diario hablado de Unión Radio Madrid. A pesar de su exitosa carrera, la trayectoria de Matilde se vio interrumpida cuando el régimen de Franco le prohibió oficialmente ejercer el periodismo debido a su simpatía por la República.

Se exilió a Cuba en 1945, donde se dedicó al teatro. Matilde Muñoz Barberi dejó una huella significativa en el periodismo y la literatura española. Su obra abarcó una amplia gama de géneros, incluyendo artículos de gran alcance, entrevistas, novelas, radionovelas, obras de teatro, ensayos e incluso un guion de cine. A pesar de las dificultades, su aporte al periodismo cultural y su valentía para defender sus ideales la convierten en una figura destacada en la historia del periodismo español.


BELÉN DE SÁRRAGA HERNÁNDEZ
Belén de Sárraga Hernández, nacida el 10 de julio de 1874 en Valladolid, fue una figura prominente en el periodismo y el feminismo español, y más tarde se convirtió en ciudadana mexicana. Belén, hija de Vicente de Sárraga Rengel, un masón con ideales republicanos, y de Felisa Hernández Urgón, nació durante el Sexenio Democrático. A la edad de nueve años, se mudó con su familia a Puerto Rico, donde vivió hasta 1888. Durante este tiempo, se dedicó a la lectura de obras de Voltaire, Proudhon, Comte, Fourier, y descubrió a Olimpe de Gouges, Flora Tristán y Louise Michel, tres defensoras de los derechos de
las mujeres.

Belén inició su carrera en Barcelona, donde dio sus primeros discursos y publicó sus primeros escritos. Allí, contrajo matrimonio con el joven republicano Emilio Ferrero Balaguer y se familiarizó con los ideales deístas y espiritualistas defendidos por un sector del librepensamiento y la masonería de entresiglos.
En Málaga, donde estableció su residencia, fundó la “Federación de Sociedades de Resistencia”, entidad que llegó a contar con treinta mil asociados.


Belén era conocida por ser una feminista y anticlerical, una verdadera revolucionaria que escribía artículos incendiarios. Fue condenada a prisión por sus críticas al gobierno. Realizó giras de propaganda y prolongadas estancias en Iberoamérica. Participó activamente en la política de la Segunda República Española y se exilió en México.

Belén de Sárraga Hernández dejó una huella significativa en el periodismo y el activismo feminista. Su trabajo abarcó una amplia gama de géneros, incluyendo artículos de gran alcance, discursos, y publicaciones. A pesar de las
dificultades, su contribución al periodismo y su valentía para defender sus ideales la convierten en una figura destacada en la historia del periodismo y el feminismo español.

MARÍA LUZ MORALES GODOY
María Luz Morales, considerada pionera del periodismo cultural, nació en A Coruña en 1898. Se licenció en Filosofía y Letras y es considerada una de las grandes del periodismo del siglo XX debido a su labor continuada y extensa en la profesión, en las que destacaban sus críticas
especializadas sobre cine, teatro y literatura. Además de su labor como periodista, publicó enciclopedias, se encargó de la traducción de textos y creó varias editoriales infantiles y juveniles con el fin de aumentar el número de lectores de todos los públicos.


Comenzó su carrera periodística en 1921 en la revista El Hogar y la Moda, de la que fue directora durante 5 años. Fue en 1921 el año en el que comenzó también sus colaboraciones con el periódico La Vanguardia, pero los artículos que escribía para el medio los firmó bajo el seudónimo "Felipe Centeno" con el fin de evitar ataques de las productoras y distribuidoras cinematográficas a su independencia, ya que la mayoría de ellos eran críticas e informaciones cinematográficas. En julio de 1936 sus compañeros votaron su nombramiento, de forma unánime, como directora de La Vanguardia de Barcelona y ocupó este cargo hasta febrero de 1937, contando con el apoyo de la familia Godó.


A finales 1925 se incorporó en la redacción del periódico El Sol, donde estuvo a cargo de la
coordinación de la sección Mujer, el niño y el hogar durante 6 años. En esta sección se ocupaba de publicar una columna semanal sobre aspectos muy variados relativos a la actualidad.
Colaboró también en otras publicaciones, dedicándose mayoritariamente a la crítica cinematográfica.

Algunos de estos medios fueron Ayer y Hoy (1925), D’Ací i d’Allà (1925), La Libertad (1926), Mediterráneo (1926), Ondas (1927), La Correspondencia de Valencia (1927),
Films Selectos (1930), Imatges (1930), La Raza (1930), Estampa (1932), Revista Ford (1932) y Mundo Católico (1935).

Además, en 1928, tras firmar un contrato con Paramount como asesora literaria en España, dirigió las revistas Paramount y Paramount Gráfico, las cuales se editaban en España.


Después de la Guerra Civil fue encarcelada y se le prohibió ejercer de periodista hasta su rehabilitación e inscripción en el Registro Oficial de Periodistas en 1948, sin embargo, esta prohibición no impidió a María Luz Morales seguir ejerciendo la profesión, ya que siguió escribiendo y publicando artículos gracias al uso de seudónimos como "Ariel" y "Jorge de Marineda".


Fue en el año de su inscripción cuando comenzó a trabajar en el Diario de Barcelona a través de la escritura de críticas de teatro, literatura y cine, y gracias a su trabajo en este periódico pudo seguir ejerciendo la profesión en medios de gran relevancia, como Fotogramas y El Noticiero Universal.


También colaboró en RNE y, a partir de 1966, firmó de forma habitual La Hoja del Lunes de Barcelona. Finalmente, falleció en Barcelona en 1980.

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA

Gertrudis Gómez de Avellaneda nació el 23 de marzo de 1814 en Puerto Príncipe, una isla perteneciente a Cuba. Esta pionera del periodismo era hija del capitán de navío Manuel Gómez de Avellaneda y de Francisca de Arteaga, que tras la muerte de su marido en 1823 volvió a casarse con el coronel Escalada, de origen gallego.

A comienzos de la década de los años 40 comenzó a publicar sus primeras obras, principalmente novelas y poesías, que tenían un marcado discurso abolicionista, como su obra Sab, y feminista, como es el caso de su obra Dos mujeres. Fue en el año 1840 cuando leyó sus poemas en el Liceo y en el año 1841 publicó su primera obra.

Su primera obra de gran éxito se estrenó en 1844 bajo el título Munio Alfonso, que la llevó a convertirse a ojos de la sociedad en la dramaturga más importante de la época gracias a su gran destreza en la escritura de novelas, principalmente dramas históricos, poesía y tragedias bíblicas.

En el campo periodístico, Gertrudis Gómez de Avellaneda fue pionera porque en 1845 se convirtió en la primera mujer que dirigía un medio, aunque no lo dirigió sola, ya que lo hizo en compañía de Miguel Ortiz. Este medio es la revista La Ilustración, Álbum de Damas, que se creó con la idea de ser un periódico literario. Aunque comenzó su período de dirección de la revista en el año 1845, sus primeras andanzas en el mundo del periodismo comenzaron años antes, en 1843, a través de distintas colaboraciones en artículos del diario El Álbum del Bello Sexo. También colaboró en el Seminario Pintoresco Español, durante casi una década, y desde el año 1857 hasta 1863 en La América.

Tras la muerte de su amigo Juan Nicasio Gallego, Gómez de Avellaneda fue propuesta para ingresar en la Real Academia Española en el año 1853, pero su candidatura a pertenecer a esta institución fracasó. Este fracaso llevó a la periodista a escribir una serie de artículos que dignificaban aún más, si cabe, la figura de la mujer. En 1959 regresó a Cuba, ya que aunque tuvo varios romances y se casó varias veces con figuras tan destacadas como Ignacio de Cepeda y el poeta Gabriel García de Tassara, volvió a contraer nupcias con un representante del Gobierno de Cuba llamado Domingo Verdugo. En 1860 fundó y dirigió en su país natal, en La Habana, Cuba, El Álbum Cubano de lo Bueno y lo Bello, pero su último marido falleció en 1863, por lo que la autora regresó a Madrid, donde falleció 10 años después.

Como era propio de la época por miedo a las represalias que podía tener que una mujer publicara, Gertrudis Gómez de Avellaneda firmó algunas de sus obras bajo los siguientes seudónimos: La Peregrina, Felipe Escalada, La Golondrina y Dolores Gil De Taboada.

MARÍA JOSEFA ZAPATA
La poeta y periodista María Josefa Zapata nació en Cádiz en el año 1822 aparentemente, aunque algunos estudiosos dudan de si nació en este año o en 1823. En cuanto a su vida personal, se sabe poco, pero se conoce que pertenecía a una familia de clase media y que sus padres murieron a causa de una epidemia de cólera en 1854.

Esta periodista destacaba por defender en sus artículos las ideas de Charles Fourier, por lo que pertenecía al grupo de escritoras y periodistas conocidas como fueristas que defendían la ideología socialista de carácter utópico de la escuela fuerista. Se la conoce además
por su labor activista, en colaboración con Margarita Pérez de Celis, en las publicaciones periodísticas conocidas como Pensiles, en las que publicaban artículos defendiendo los derechos de las mujeres.
En el ámbito periodístico, destacó por sus colaboraciones en diversos medios de la época. En 1846 comenzó su carrera periodística a través de su colaboración en El Meteoro de Cádiz, pero este medio cerró tras su número
22 de publicaciones, lo que lleva a todos los autores del medio a trabajar en El Genio, otro medio gaditano. Aunque esta no fue su única colaboración en medios de prensa, tras la muerte de sus padres dejó de lado la escritura, tanto en el ámbito de la poesía como en el del periodismo, para ganarse la vida como costurera.
En 1856, María Josefa Zapata funda junto a Margarita Pérez de Celis la publicación más conocida de ambas, El Pensil Gaditano, donde defienden abiertamente con un estilo muy abierto, poco habitual de la época, la igualdad
entre hombres y mujeres y los derechos de las mujeres, basándose en los principios fueristas.

Esta publicación pasó por varias etapas durante su corta vida, por lo que fue cambiando de nombre para sortear la censura de la época: en 1857 se denominó El Pensil de Iberia, en 1858 El Nuevo Pensil de Iberia, en 1859 Pensil de Iberia y en su etapa final, desde 1865 hasta 1866, se
conoció finalmente como La Buena Nueva.
Hay rumores que afirman que detrás de la firma de la autora Rosa Marina, que colaboraba en el periódico, La Verdad de Granada, la verdadera autora era María Josefa Zapata y también se especula que podía ser seudónimo de Margarita Pérez de Celis, colaboró también en 1863 en la revista madrileña La Violeta, que pertenecía a Faustina Sáez de Melgar, en el Álbum de las Familias en los años 1865 y 1866 y en la publicación Los Sucesos en 1868.


En 1863, cuando era colaboradora de La Violeta, María Josefa Zapata estaba comenzando a quedarse ciega, por lo que en este mismo año la revista abre una suscripción en su favor. El medio, con el fin de conseguir que se generara un mayor número de suscriptores para obtener más beneficios para ella, explica las dificultades por las que estaba pasando su colaboradora, que, debido a su ceguera, se veía incapacitada para trabajar. Esta situación de incapacidad laboral la llevaba a la problemática de la imposibilidad de conseguir dinero para su sustento y para financiar su operación con sus
propios medios, según explicó la revista. La campaña de ayuda a Zapata duró un total de siete números, en los que la propia directora del medio, Faustina Sáez, participó mediante la redacción de varios artículos que
pretendían ser un llamamiento a la solidaridad de las lectoras de la revista para que se suscribieran al medio con el fin de obtener fondos para su colaboradora. Finalmente, María Josefa Zapata fallece en el año 1878.

JOAQUINA GARCÍA BALMASEDA
Joaquina García Balmaseda fue una escritora, traductora, actriz y periodista española. Nacida en Madrid en 1837, comenzó su carrera artística como actriz
pero pronto orientó su carrera hacia la escritura y la traducción. Dominaba varios idiomas y su trabajo como traductora fue impecable. En el folletín literario de La Correspondencia de España tradujo al castellano obras de grandes autores extranjeros, desconocidos hasta el momento en España.
En 1857 comenzó a trabajar en prensa. La educación femenina era la temática que seguían todas sus publicaciones, escribiendo una especie de manuales
para la educación moral y la instrucción de niñas y mujeres.

En este sentido, publicó “La madre de familia: diálogos instructivos sobre la Religión, la Moral y las maravillas de la naturaleza”.


Escribió para varios periódicos como La España musical, La Educanda, Barcelona Cómica o El Museo de las Familias; entre otros. En sus artículos para ellos, demostró su compromiso con la educación y el entretenimiento de sus lectores, sobre todo mujeres y niños. En La Educación Pintoresca, escribió artículos, fábulas y cuentos recreativos para niños. Fue la directora de Biblioteca del correo de la moda: álbum de señoritas, revista en la que seguía con estas cuestiones femeninas.
Entre sus obras literarias destaca la pieza teatral de "Genio y figura" y, en el mundo de la poesía, su obra más notable fue "Entre el cielo y la tierra" de 1868.
Estuvo muy involucrada en las secciones de moda de las cabeceras, convirtiéndose en directora de El Correo de la Moda tras el fallecimiento de Ángela Grassi. Fue en esta revista donde finalizó su carrera en 1893, año de su fallecimiento.

CONCEPCIÓN GIMENO Y GIL DE FLAQUER
Concepción Gimeno y Gil de Flaquer, nacida en 1850, fue una destacada escritora, feminista y periodista española conocida por sus contribuciones a los derechos de las mujeres y sus obras literarias. Jugó un papel significativo en la defensa de la educación y emancipación de las mujeres durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Era hija y descendiente de militares, gracias a su linaje aprende valores como el patriotismo, el honor y sobre la monarquía. Su padre muere cuando ella aún era muy pequeña y su madre se vuelve a casar con un hombre adinerado que resuelve los problemas económicos que atravesaba su familia.
Concepción publica su primer artículo en El Trovador del Ebro, un periódico de Zaragoza. «A los impugnadores del bello sexo» es el título que escoge para estrenarse en el mundo de la prensa, se trata de un artículo que da pie a las temáticas que tratará a lo largo de toda su carrera.
Su escritura destacaba la necesidad de la educación femenina, la importancia de los roles de las mujeres en la sociedad y estuvieron basados en las ideas de la ilustración, emancipación e igualdad de la mujer. Fue autora de numerosas novelas, ensayos y artículos.


A la edad de 22 años se muda a Madrid y comienza a escribir para el Correo de la Moda, uno de los periódicos más importantes de la época. En la capital española funda en 1873 La Ilustración de la mujer; cuyo subtítulo es: Órgano de la Asociación Benéfica de las Señoras «La Estrella de los Pobres». Fue colaboradora de El Correo de la Moda entre 1872 y 1886 y de otras cabeceras españolas importantes como La Época y La Familia. Tras contraer matrimonio con Francisco de Paula Flaquer, se muda a México.

Es ya en el continente americano dónde funda El Álbum de la mujer (1883- 1890), un periódico ilustrado que contó con publicaciones de algunas de las firmas más populares del momento, como Emilia Pardo Bazán o Carolina Coronado. El matrimonio regresa a España y continua su labor periodística, modifica el nombre de la revista por El Álbum Ibero-Americano. Se trata de una revista que promovía la literatura y la cultura hispanoamericana, ahora desde España, y que contaba con un enfoque particular en los temas femeninos y sociales.
Los esfuerzos de Concepción Gimeno Gil de Flaquer sentaron bases importantes para el movimiento feminista en España y América Latina. Es considerada una de las pioneras del periodismo feminista español, propagandista de la instrucción pública y defensora de la emancipación de la mujer dentro de lo que ella denominó “feminismo sensato”.

CONSUELO ÁLVAREZ POOL
Nació en Barcelona en 1867, pero pasó toda su juventud en Asturias, donde se casó y comenzó a publicar en 1902 una serie de pequeñas composiciones poéticas en el periódico conocido como El Progreso de Asturias. Estas obras fueron criticadas por El Pensamiento de Asturias por el mero hecho de ser una mujer la que los publicaba, pero lejos de quedarse al margen, contestó con una afilada ironía a estas críticas porque, en palabras de la propia Consuelo Álvarez Pool, se sentía anonadada y confundida.


En 1903 se mudó a Madrid y fue allí donde comenzó el 18 de septiembre de 1904 su trabajo en el diario El País, donde descubrió su capacidad de abordar temas de diversa índole poco habituales para las mujeres en la época. Entre las cuestiones que trató destacan la actualidad nacional e internacional, la cultura y las cuestiones sociales que se acercaban progresivamente a la causa de reivindicación de derechos de la mujer, al rechazo a los valores patriarcales y a la corriente librepensadora, republicana y anticlerical.

En su etapa como periodista de El País firmó la mayor parte de sus piezas periodísticas con el seudónimo "Violeta". Se convirtió de manera progresiva en una figura central del diario, de tal modo que al comienzo de la Primera Guerra Mundial se le asignó la sección titulada de la guerra, la cual aparecía en la portada del diario. Además de trabajar en El País, escribió en La Conciencia Libre, en Vida Socialista y en El Telegrafista desde hasta 1917.

Aunque sus artículos publicados en El País fueron un éxito en toda regla, en 1918 su trabajo en el diario fue en declive, por lo que en 1919 dejó de colaborar con el periódico con el fin de incorporarse en el gabinete de prensa de la Dirección General de Telégrafos, trabajo que dejó en 1932 con motivo de su jubilación. Un año después se presentó a las elecciones legislativas en representación del Partido Republicano Democrático Federal, pero no fue elegida.
Formó parte del Comité Nacional de Mujeres Antifascistas. Por esto último fue procesada al terminar la Guerra Civil por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que determinaron su condena a prisión durante 20 años, pero debido a su avanzada edad no permaneció en prisión durante todo el arresto, ya que decidieron que una parte de la condena la pasara bajo arresto domiciliario. Finalmente, falleció en Madrid en el año 1959.


Es considerada pionera en el mundo periodístico porque fue una de las primeras periodistas en la plantilla de un periódico generalista en España.
Aunque comenzó a colaborar con el diario en 1904, no fue hasta 1906 que empezó a formar parte de la redacción de El País. Además, fue la primera jefa de prensa en España; puesto que ejerció en la Dirección General de Telégrafos.

CARMEN DE BURGOS
Carmen de Burgos nació en Rodalquilar, provincia de Almería, en 1867, en el seno de una familia de clase acomodada. La periodista se ha convertido en un símbolo de las mujeres que ejercían la profesión en España debido al éxito de sus obras, que mostraban su compromiso con la causa de las mujeres, y porque, como ella misma se autodenominó, fue la primera periodista profesional y la primera corresponsal de guerra en España. Cuando Carmen de Burgos ingresó en 1907 en la Asociación de la Prensa de Madrid, solo había inscritas 5 mujeres de un total de 1.030 periodistas asociados. Además, estudió Magisterio y se convirtió en maestra de la Escuela Normal de Guadalajara, Toledo y Madrid, compatibilizando sus tareas de docente con su labor de periodista. Además de periodista y docente, Carmen de Burgos era escritora.


Se casó a los 16 años con un periodista 12 años mayor que ella, con el que tuvo una hija, pero el matrimonio fracasó y se marchó junto a su hija a Madrid.
Como su marido debido a su vida de excesos desparecía con frecuencia, Carmen de Burgos se encargaba de la redacción de algunos de los artículos que el periódico para el que trabajaba le encargaba, por lo que ejerció la labor de completar los artículos que debía escribir su marido desde el anonimato.
Fue durante su matrimonio cuando comenzaron sus andanzas en el mundo del periodismo.
En era colaboradora de una revista espiritista andaluza llamada La Luz del Porvenir, cuya creadora Amalia Domingo Soler. En esta revista, aunque su primer artículo está datado en 1885, destacan sus artículos fechados en Andújar (Jaén) entre 1886 y 1888, eran ensayos sobre su visión de las mujeres desde una visión ingenua e idealista en lo que respecta al feminismo emergente. Estos artículos fueron 13 y los escribió a los 19 años de edad.
Correspondían a la época en la que su pensamiento sobre el feminismo coincidía con el librepensamiento propio de sus coetáneas, como Rosario de Acuña y Belén de Sárraga, pero se distanció de ese tono templado propio de estas autoras progresivamente hasta que sus argumentos se fueron distanciando de las tendencias radicales. Su visión durante años seguía siendo fiel al pensamiento de que la esposa debía ser además compañera y no profundizaba en la principal corriente feminista que pretendía equiparar el hombre y a la mujer, por lo que llegó a defender un feminismo perteneciente al librepensamiento desde una postura conservadora en la que se argumentaba que el librepensamiento era obra de Dios.

En 1901, la separación de su marido llevó a Carmen de Burgos a pedir trabajo en la redacción del Diario Universal con una carta de recomendación del un cura republicano, el padre Ferrándiz, amigo del director del diario.
Además de la carta de recomendación, llevó a Augusto Figueroa, director del periódico, un artículo sobre educación escrito por ella y a este le gustó tanto que la encargó escribir una columna diaria bajo el título Lecturas para las mujeres. Pero este no fue al primer medio al que acudió pidiendo trabajo como periodista, puesto que antes había llamado a la puerta de las redacciones de El País, El Globo, ABC y La Correspondencia de España, en los cuales participó escribiendo algunos sueltos sobre pedagogía, sobre temas jurídicos o temas frívolos, que antes se consideraban asuntos de mujeres. Estas colaboraciones con medios tan importantes ayudaron a la periodista a forjarse un nombre y a aumentar su currículum.
En 1909, cuando tuvo lugar el desastre del Barranco del Lodo, Carmen de Burgos se trasladó a Melilla, donde se convirtió en corresponsal de las tropas españolas.

Escribió crónicas que reflejaban el horror del suceso para el Heraldo de Madrid y, gracias a su gran labor, el diario decidió contratarla para escribir artículos en una sección fija que versaba sobre asuntos femeninos.
Otros medios con los que colaboró fueron Madrid Cómico, Prometeo, la Revista Contemporánea en 1901, El Radical de Almería en 1902, la Revista Universal en 1903, Nuevo Mundo, Vida Socialista desde 1912 hasta 1915, Solidaridad Obrera de Barcelona entre 1915 y 1932, La Esfera en 1919 y República en 1931.

Además de estas colaboraciones, decidió aumentar su huella en el mundo del periodismo con la creación, en 1908, de la Revista Crítica, de la que fue directora. Carmen de Burgos fue autora de numerosos relatos, de novelas cortas, libros de viajes y de cocina, y de ensayos en los que defendía los derechos de las mujeres. Para la firma de sus obras, principalmente las periodísticas, usaba varios seudónimos: "Colombine" era el más habitual, y "Perico de los palotes".
La periodista fallece el 9 de octubre de 1932, un año después de la proclamación de la Segunda República y, para su felicidad, consigue ver cómo algunas de las reivindicaciones por las que tanto había luchado se llevaron a cabo, entre ellas el derecho al voto femenino y la ley del divorcio, pero debido a su muerte no pudo llegar a ejercer estos derechos. La causa de su muerte fue un ataque al corazón cuando estaba pronunciando uno de sus discursos sobre cultura sexual en el Centro Socialista de Madrid.

JOSEFINA CARABIAS
Josefina Carabias nació en Arenas de San Pedro, Ávila, en el año 1908 y es considerada una de las grandes periodistas españolas del siglo XX.

Tras terminar bachillerato, se trasladó a Madrid con el fin de continuar sus estudios en la Universidad Central, donde cursó la carrera de Derecho hasta que se licenció en el año 1930. Además, su espíritu inquieto y activista la llevó a formar parte de la Residencia de Señoritas de María de Maetzu y a la Federación Universitaria de Estudiantes (FUE), a la Unión General de Trabajadores (UGT), a las Juventudes Socialistas, a la Unión Republicana Feminista de Clara Campoamor y a comenzar en 1932 en la Agrupación Socialista de Madrid.
Aunque sus intenciones iniciales eran realizar una oposición para ejercer de notaria o lo que se conocía como registradora, comenzó a sentir pasión por el periodismo. El descubrimiento de este creciente entusiasmo por el periodismo hizo que, al terminar la carrera de Derecho, comenzará a firmar varios artículos en la prensa y en tan solo cinco años, entre 1931 y 1936, se hizo con el estrellato por el éxito que consiguieron los artículos que llevaban su firma.

Fue en 1931 cuando comenzó a colaborar realizando entrevistas y reportajes para diversos medios, especialmente en medios madrileños, pero destaca sobre todo su colaboración en la revista Estampa, 2W en la que trabajó desde 1931 hasta 1933, en el diario Ahora, desde 1931 hasta 1932, y La Crónica, desde 1934 a 1936. Sus trabajos eran considerados a ojos de la crítica social amenos y novedosos, con gran interés periodístico. Su primer artículo fue publicado en la revista Estampa y trataba sobre las mujeres en la Universidad. Entre las entrevistas que realizó durante su carrera de periodista destaca las que le hizo a figuras tan destacadas como Victoria Kent, Manuel Azaña, Valle- Inclán, Largo Caballero, Pío Baroja y Margarita Xirgu, entre otras. Fue redactora del diario vespertino llamado La Voz entre 1932 y 1936 y redactora del informativo radiofónico o diario hablado La Palabra, de Nicolás María de Urgoiti.

El programa contaba con tres ediciones diarias, en las que Josefina Carabias participaba y gracias a ellas se convirtió en una de las voces más conocidas de Unión Radio entre 1932 y 1936. En su último año en La Palabra fue nombrada jefa de redacción del noticiero a petición unánime de sus compañeros, pero tras casarse con José Rico Godoy decidió abandonar Madrid para trasladarse a Francia, que estaba en parte bajo la ocupación de Alemania, durante Guerra Civil, donde residió seis años.

Durante la guerra tuvo que abstenerse de usar su firma en los artículos u obras periodísticas porque se lo habían prohibido debido a que se demoró en ingresar en el registro de periodistas, por lo que cuando en 1942 publicó su obra Los alemanes en Francia vistos por una española, lo hizo bajo el seudónimo "Carmen Moreno". Con este seudónimo colaboró en Radio Nacional de España y Editora Nacional y en 1944 publicó Carlota de México.

Su nombre reapareció en la revista Semana y en la revista mensual Mujer, que trataba sobre moda y hogar. Colaboró también en La Estafeta Literaria, El Español, Fotos en 1945 y en septiembre de 1950 fue colaboradora de ABC y redactora de la plantilla de Informaciones hasta 1957. No era la primera vez que Josefina Carabias colaboraba en Informaciones, ya que años antes había cubierto la baja un redactor de la sección de deportes, así que escribió para la sección deportiva del medio artículos sobre la mujer en el fútbol, tan exitosos que se convirtieron en libro.

En 1951, año en el que obtuvo el carnet de prensa del Régimen, obtuvo el premio Luca de Tena por su crónica sin firma titulada El congreso se divierte.
Ejerció también de corresponsal en Washington de Informaciones y del diario Ya, desde 1955 hasta 1959, puesto que fue en este año cuando ejerció de corresponsal de guerra en París para los medios de la Editorial Católica hasta 1967.

Regresó a Madrid y entre 1970 y 1972 dirigió Ama, una revista femenina adscrita al Opus Dei. Además, participó en la prensa de la Iglesia una columna diaria llamada Escribe Josefina Carabias, que mantuvo hasta que falleció en 1979.


Años antes de su muerte, en 1976, obtuvo el Premio Godó a la trayectoria profesional, en el que le fueron concedidas 150.000 pesetas.

Contexto Internacional

Fuente: Diario Público

Fuente: Diario Público

FRANCIA EN LOS SIGLOS XIX-XX
En 1850, Francia se encontraba en una etapa de intensa agitación y transformación política. Ejemplo de ello son los acontecimientos significativos de la época, que también influyeron en el desarrollo del periodismo y la lucha por los derechos de las mujeres.


En 1850, Francia estaba gobernada por la Segunda República, establecida desde el 25 de febrero de 1848 hasta el 2 de diciembre de 1852. Durante este tiempo, se implementaron reformas cruciales como la introducción del sufragio universal masculino, la abolición definitiva de la esclavitud en las colonias y la declaración del derecho al trabajo. Estos avances supusieron un duro golpe para las mujeres periodistas, quienes veían injusto que el sufragio universal no se extendiera a ellas.


Hacia 1850, Luis Napoleón Bonaparte intensificó sus visitas a las provincias con la mira puesta en una posible reelección. Al no obtener el respaldo de la Asamblea Nacional para cambiar la Constitución, planeó y ejecutó un golpe de estado el 2 de diciembre de 1851, tomando control militar de los puntos estratégicos del país.
Tras el golpe de estado, Luis Napoleón Bonaparte se autoproclamó emperador, iniciando el Segundo Imperio. Este periodo vio un notable crecimiento económico, aunque no alcanzó la prosperidad del Reino Unido.

Con la caída del Segundo Imperio en 1870, se estableció la Tercera República, que duró hasta 1940. Este periodo se caracterizó por la consolidación de la infraestructura republicana y significativos cambios sociales y culturales.
Entre 1850 y 1931, las mujeres periodistas en Francia enfrentaron numerosos desafíos y encontraron oportunidades en la búsqueda de la independencia económica a través del periodismo.

Durante este tiempo, desempeñaron un papel crucial en la difusión de ideas y en la lucha por los derechos de las mujeres, utilizando la prensa como plataforma para sus reivindicaciones.
Las mujeres periodistas debieron luchar por la profesionalización del periodismo, ya que ni siquiera los hombres eran considerados profesionales en este campo. Esta lucha se reflejó en la creación de un discurso feminista dentro de la prensa.
La promulgación de los códigos napoleónicos tuvo un impacto significativo en la situación social de las mujeres. El Código Civil de 1804 estableció la discriminación legal de las mujeres, tratándolas como menores de edad bajo la
tutela de sus padres, hermanos o maridos.

El Código Penal castigaba severamente el adulterio femenino y justificaba la violencia doméstica.
A pesar de estos desafíos, las mujeres siguieron el ejemplo de las aristócratas del siglo XVIII y utilizaron los medios de comunicación para luchar por sus derechos. La alfabetización femenina, que había aumentado significativamente hacia 1900, facilitó este proceso. Aun así, durante el periodo napoleónico y la Restauración monárquica, la prensa promovía la sumisión femenina y la domesticidad, criticando duramente a las mujeres que desafiaban estas normas.


El periodismo femenino en Francia no fue un fenómeno aislado, encontrando paralelismos con las activistas inglesas de la época. Fue en el siglo XX cuando las mujeres comenzaron a ganar terreno en el ámbito social y periodístico, con un activismo que finalmente les permitió obtener la mayoría de los derechos por los que lucharon.
La historia del periodismo y la lucha por los derechos de las mujeres en Francia durante el siglo XIX y principios del XX es un testimonio del poder de la prensa y la determinación de las mujeres. Obras y periódicos de la época, como La Voix des Femmes y Le Journal des Femmes, fueron cruciales en esta lucha, reflejando la importancia del periodismo como motor de cambio social y político.



REINO UNIDO EN LOS SIGLOS XIX-XX
Entre 1850 y 1931, Inglaterra experimentó cambios significativos que afectaron tanto su panorama político como social, y que tuvieron una gran influencia en el desarrollo del periodismo y en la lucha por los derechos de las mujeres.
Desde 1850 hasta 1900, el Imperio Británico expandió su dominio e influencia globalmente. En 1900, los conservadores retomaron el control del gobierno, aprovechando su victoria en la Guerra de los Bóer y las divisiones dentro del Partido Liberal. Lord Salisbury, el último primer ministro en ejercer desde la Cámara de los Lores, lideró esta etapa.
El caso ‘Taff Vale’ de 1901, donde la Compañía del Ferrocarril Taff Vale ganó un litigio contra la Sociedad Amalgamada de Trabajadores del Ferrocarril, evidenció los desafíos legales que enfrentaban los sindicatos. Este caso impulsó la formación del Partido Laborista, marcando un hito en la política británica.
El Tratado de Vereeniging en 1902 puso fin a la guerra con las repúblicas bóer y estableció las bases para la Unión de Sudáfrica.

En 1904, la firma de la Entente Cordiale entre Gran Bretaña y Francia representó un momento crucial en la diplomacia europea, alineando los intereses imperiales de ambos países en África.
En 1931, Inglaterra enfrentaba los devastadores efectos de la Gran Depresión, que impactó profundamente su economía y sociedad, exacerbando los desafíos para todos los sectores, incluido el periodismo.
Las mujeres periodistas en Inglaterra entre 1850 y 1931 jugaron un papel crucial en la historia del periodismo. A pesar de enfrentar insultos y descalificaciones, muchas lograron dejar una huella significativa en el campo.


Sus escritos y publicaciones en periódicos y revistas fueron fundamentales en la lucha por los derechos de las mujeres y en la defensa de sus intereses.
En 1854, en Inglaterra surgió el concepto de ángel del hogar, que ensalzaba los valores de domesticidad y sometimiento al marido.

Este ideal afectó profundamente a las mujeres, relegándolas a papeles secundarios en la esfera
pública y laboral.
Las mujeres enfrentaron la pérdida de empleos propios debido a la ocupación masculina de estos roles, y muchas viudas o mujeres sin apoyo masculino se vieron forzadas a la prostitución. En 1870, la Common Law legitimó la pérdida de individualidad de la mujer al contraer matrimonio, dificultando aún más su lucha por la independencia.

A finales del siglo XVIII, el 60% de las mujeres en Inglaterra eran analfabetas. Sin embargo, para 1900, la alfabetización femenina había mejorado notablemente, facilitando su participación en el periodismo y en la vida pública. El siglo XIX fue una época de enormes transformaciones para Inglaterra, marcada por la conquista de territorios canadienses, la Guerra de
Independencia de Estados Unidos y la Revolución Industrial.

Esta etapa consolidó la supremacía económica del país y desarrolló una identidad nacional robusta. La lucha por los derechos de las mujeres y el papel de la prensa fueron fundamentales, marcando un antes y un después en la historia del periodismo.


El periodismo femenino en Inglaterra no fue un fenómeno aislado. La prensa y las mujeres periodistas desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de una identidad nacional y en la lucha por los derechos de las mujeres. Obras y periódicos de la época, como The Englishwoman, Review y Votes for Women; fueron esenciales para que las mujeres periodistas se abrieran camino en las redacciones dominadas por hombres, estableciendo un legado que trascendió fronteras y se convirtió en un paradigma universal.

Fuente: Federación de Asociaciones de Radio y Televisión

Fuente: Federación de Asociaciones de Radio y Televisión

Fuente: Getty Images

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Fuente: El Asombrario

Fuente: El Asombrario

JENNE DEROIN
Jeanne François Deroin, más conocida como “Jeanne Victoire”, fue una periodista y política francesa conocida por ser pionera en la lucha por el socialismo y su papel en el feminismo del siglo XIX.
La autora nació en París en 1805 en el seno de una familia trabajadora y bastante pobre. En su juventud tuvo que trabajar de costurera mientras
aprendía “de letras” de forma autodidacta. Durante su trayectoria, fue víctima de una enorme violencia política como consecuencia de sus compromisos sociales. También pasó una etapa en el exilio y en la cárcel, lo que, acompañado de dolorosas pérdidas personales; la llevó a emigrar a Londres. Allí vivió la segunda mitad de su vida hasta su muerte en la capital inglesa en 1894.

La revolución de 1830 en Francia despertó de nuevo el ímpetu revolucionario. Las mujeres recuperaron la iniciativa activista que habían perdido durante el periodo napoleónico, volvieron a reunirse y asociarse para poner en marcha soluciones que mejorasen su situación. Crearon nuevos periódicos en los que difundían sus ideas, basadas en la teoría feminista que integraba los derechos de la mujer como parte necesaria de los derechos de la ciudadanía y del ideal republicano.

Una de las publicaciones redactadas únicamente por mujeres fue La Tribune des Femmes, donde escribieron durante 1832 y 1833 mujeres de origen trabajador como Jeanne Deroin.
Comenzó a firmar sus artículos con el seudónimo de “Jeanne Victorie” cuando trabajó en La Femme Libre, un periódico a favor del movimiento sansimoniano,
del que consideraban sus redactoras haber sido excluidas. Continuando con su trabajo en torno a los compromisos sociales, fue una figura destacada en la revolución de 1848, donde renace de nuevo la prensa feminista. Trabajó como redactora en La Voix des Femmes, un periódico activista escrito "por y para mujeres", del que se puede destacar este fragmento de uno de sus artículos: «Decir a las mujeres: no sois electoras, no sois elegibles (...) es rechazar la igualdad proclamándola.».


Ese mismo año y tras las tensiones que obligaron a dejar de publicar La Voix, colaboró en La Politique des Femmes, un periódico rechazado que tuvo que cambiar de nombre a L’Opinion des Femmes. Jeanne siempre luchó a favor del sufragio femenino, también en Sociedad para la emancipación de las mujeres.


El 13 de mayo de 1849 fue la primera mujer en presentarse a unas elecciones como candidata a la asamblea legislativa, a pesar de que, de acuerdo a la Constitución vigente, las mujeres no podían ejercer el derecho de voto ni mucho menos ser elegidas como candidatas. Aunque recibió numerosas críticas, ella seguía insistiendo en que la diferencia sexual no se debía tener en cuenta en la política y afirmando, la mayor capacidad de las mujeres para presidir ese «hogar grande y mal administrado llamado Estado».

MARGUERITE DURAND
Marguerite Durand fue una actriz de teatro, periodista y sufragista francesa. Nacida en el seno de una familia de clase media en 1864, recibió una educación religiosa y bastante tradicional.
Comenzó su carrera como actriz, de la que hay que destacar su trabajo en las obras del gran Molière. Su marido, con el que contrajo matrimonio en 1888, fue quién la introdujo en el mundo de la política radical. Al separarse, Marguerite empezó a trabajar en Le Figaro. En 1896 su visión política dio un gran giro tras
acudir al Congreso Feminista Internacional. Un año después, creó su propio periódico feminista: La Fronde.

La Fronde fue una publicación compuesta únicamente por mujeres. Era un medio de edición diaria en el que se escribía sobre política y, en menor medida, sobre temas relacionados con la literatura. Durand realizaba en su periódico
una genuina campaña por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Tuvo que cerrar debido a problemas económicos, fue entonces cuando Durand paso a formar parte de L`Action, un periódico socialista que también cerro muy pronto.

El verano de 1914, La Fronde reaparece al tiempo que los varones están en la guerra, es por eso por lo que las mujeres deben asumir algunas de sus responsabilidades en su ausencia. Años más tarde, la redacción del periódico pasa a ser mixta.
Marguerite Durand dedicó gran parte de su vida a la política. Fue la portavoz del Partido Republicano Socialista al que ella se adhiere y en 1927 se presentó a las elecciones con dicho partido.


En 1931 fue inaugurada en París una biblioteca con su nombre, la Bibliothèque Marguerite Durand, donde se creó la primera Oficina de documentación feminista de Francia. Su trabajo respecto al feminismo consiguió grandes labores y reconocimientos en toda Europa.

CAROLINE RÉMY
Caroline Rémy, conocida por su seudónimo "Séverine", fue una figura destacada
en el mundo del periodismo francés durante el siglo XIX. Nacida en París en 1855, se convirtió en la primera mujer en Francia en dirigir un periódico y en ganarse la vida como columnista regular.
Séverine estuvo al frente del periódico Le Cri du Peuple entre 1886 y 1888, marcando un hito en la historia del periodismo. Pero su contribución no se limitó a la dirección de un periódico. Fue pionera en el periodismo de investigación, siendo la primera mujer francesa en descender a las minas de carbón. Sus informes sobre un desastre minero en 1890 provocaron una gran respuesta de la sociedad, que donó fondos para ayudar a las víctimas.


Además, realizó entrevistas de alto perfil, incluyendo una al Papa León XIII sobre el antisemitismo. A partir del año 1900, se convirtió en una defensora de los derechos políticos de las mujeres. Entre 1912 y 1914, se destacó por su activismo en favor de la paz y de las mujeres. A lo largo de su vida, publicó más de 6.000 artículos en casi todos los periódicos franceses.

Su estilo combativo y su compromiso con la verdad la convierten en una figura emblemática en la historia del periodismo francés. Su legado sigue siendo una inspiración para los periodistas de hoy.


HARRIET MARTINEAU
H. Martineau nació en Norwich, una ciudad de Inglaterra, en el año 1802. Pertenecía a una familia de clase media, pero eso no impidió que recibiera una buena educación, primero a cargo de sus hermanos mayores y después bajo la tutela de ministros unitarios en una escuela unitaria de chicas. Esta formación resultó ser clave para el desarrollo de sus habilidades como escritora y futura periodista.


Martineau es considerada una de las intelectuales más excepcionales, ya que poseía un perfil polivalente que la permitió hacer grandes aportaciones a campos muy diversos como el periodismo, de la economía política, en la
teoría de la sociología y en el activismo feminista. Es considerada una de las primeras periodistas en ejercer el oficio en Reino Unido, a pesar de que el periodismo estaba considerado un oficio exclusivo de los hombres. Además, se la considera, junto a Eliza Linton, la primera periodista que consiguió escribir en una cabecera generalista.


Harriet Martineau tuvo que enfrentarse a varios sucesos dolorosos a lo largo de su vida. A los 12 años comenzó a quedarse sorda y tenía una salud considerada frágil, ya que perdió también el olfato y el gusto y fue diagnosticada de histeria femenina. Además, entre 1824 y 1825 con la recesión económica en la que se sumió Gran Bretaña su familia se quedó en la ruina y en plena crisis, en 1826, falleció su padre, por lo que tuvo que buscar la forma de independizarse.

Fue desde ese momento cuando comenzó a escribir, ya que era, según ella, lo único que la aliviaba de su dolor y a pesar de sus problemas de salud estuvo activa en la escritura durante más medio
siglo.
Sus primeros comienzos en el mundo de la escritura se llevaron a cabo en el mundo del periodismo. A finales de 1820 se dedicó a escribir artículos, de forma anónima, para el periódico unitario The Monthly Repository, un medio que destacaba en la época por su clara postura contra la desigualdad que había entre hombres y mujeres en ámbitos como la religión y la educación.


Entre los artículos que escribió para este diario destacan Female Writers on Practical Divinity y On Female Education, en el que explicaba que si los niños y niñas recibían el mismo proceso educativo, sus capacidades intelectuales estarían igualadas. En 1827 escribe The Riothers, un artículo sobre los efectos del uso de la maquinaria en la mano de obra, y el artículo The Turn- Out, or Patience The Best Policy, en el que aborda la insignificancia de las huelgas.

Y junto a otras de sus contemporáneas, se dedicó a difundir su ideología, que se correspondía con el socialismo utópico.
A lo largo de su carrera periodística la autora escribe un total de 1.500 artículos y colaboró con medios como Edinburgh Magazine, Penny Magazine, People’s Journal y The Leader, entre otros. Además escribió para revistas de
Norteamérica, como Atlantic Monthly o la National Anti-Slavely Standard.
Además de su éxito en el periodismo, la autora fue una de las escritoras más leídas de la época victoriana y ya en 1834 se vendían al mes en torno a 10.000 copias de su libro Illustrations of Political Economy, superando en ventas a Charles Dickens. Entre 1832 y 1834 la autora escribió 25 novelas didácticas principalmente de temática económica y social.
En años posteriores fue a Estados Unidos de visita, donde conoció a varias figuras importantes abolicionismo. Con ellos hizo causa común y se convirtió en una fuerte defensora de la causa. Comienza a colaborar desde 1852 hasta 1855 con el diario americano Daily News, donde Martineau escribía artículos cargados de argumentos abolicionistas en forma de apoyo a la causa a través del fomento del progresismo.

En estas colaboraciones defendió además a las mujeres esclavas que sufrían abusos sexuales por parte de los hombres que las consideraban de su propiedad. Fue en este medio americano donde escribe en 1854 sobre las mujeres a las que sus maridos daban palizas con el fin de denunciar este hecho socialmente y de animar a estas mujeres a pedir el divorcio. Por otro lado, a las mujeres solteras, divorciadas o viudas las instaba a instruirse en actividades comerciales para no depender económicamente de los hombres.


Estuvo unos años enferma pero se recuperó y escribió diversas obras relacionadas con su experiencia como paciente, en las que describía cómo los médicos se aprovechaban de lo que denominaban histeria femenina para abusar sexualmente de sus pacientes. Una de estas obras es Life in the Sick-Room, publicada en 1844.

Martineau falleció a los 74 años el 25 de junio de 1876 en Knoll (Ambleside), en Inglaterra. Como curiosidad en lo relativo a su defunción, el 27 de junio de 1876 apareció en Daily News su obituario, que había sido escrito por ella misma. A pesar de haber sido religiosa, por deseo propio no fue enterrada con ritos religiosos.

MARGARET BOURKE-WHITE
Margaret Bourke-White nació el 14 de junio de 1904 en el Bronx, un barrio de Estados Unidos que es mundialmente conocido, pero creció en el Estado de Nueva Jersey. Era hija de Joseph White, un inventor e ingeniero, y de Minnie
Bourke, pero no era hija única, ya que tenía dos hermanos, Ruth y Roger.

Estudió en diversas universidades, pero no llegó a encontrar su pasión en ninguna porque en el proceso se dio cuenta de que lo que más le apasionaba era la fotografía, que comenzó siendo un hobby compartido con su padre.

En la Universidad de Columbia asistió a las clases de fotografía del fotógrafo profesional Clarence H. White y fue durante su época universitaria cuando se casó por primera vez, pero el divorcio no tardó en llegar, ya que tuvo lugar en 1926, dos años después del enlace. En el ámbito profesional, fue pionera porque se convirtió en la primera corresponsal de guerra con autorización para trabajar en el campo de batalla y por ser la primera reportera gráfica extranjera en fotografiar la URSS.


En 1928 terminó sus estudios y tras graduarse en la Universidad de Cornell, se mudó a Cleveland con el fin de abrir un negocio de fotografía. Empezó a especializarse en este campo, centrando su objetivo de la cámara que su
madre le regaló en el retrato de objetos, materiales industriales, edificios, fábricas y construcciones.

Su nombre comenzó a hacerse cada vez más presente en el ámbito periodístico, de tal modo que hasta el propietario de Fortune y Time y responsable del giro de la línea editorial de la revista Life, Henry Luce, la conocía. En 1830 colaboró con Luce para Fortune, donde se convirtió en la primera extranjera que fotografió la Unión Soviética, hecho que se conoce gracias a que escribe sobre ello en su libro Eyes of Russia.
Henry Luce usó el 23 de noviembre de 1936 una foto elaborada por Margaret Bourke-White en la portada del primer número del nuevo ciclo de Life. Este número tuvo un éxito rotundo y marcó el comienzo del fotoperiodismo como profesión. En 1941 viajaron juntos a la URSS para cubrir la invasión alemana de primera mano, pero en 1942, cuando finalizó su segundo matrimonio, abandonó el proyecto para comenzar su trabajo como fotógrafa de las Fuerzas Aéreas Americanas.


En 1945, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, regresó a Europa en compañía del General Patton para documentar fotográficamente los horrores de la Alemania nazi. Allí fue testigo de las atrocidades de los nazis para con los judíos, concretamente en el campo de concentración de Buchenwald, que plasmó en su obra Dear fatherland, rest quietly. Además de estos desplazamientos, viajó a Sudáfrica, Canadá y Corea, entre otros, pero destaca su fotografía a Gandhi, elaborada poco tiempo antes de su fallecimiento.
En 1956 comenzó a experimentar los primeros síntomas del Parkinson, lo que llevó al final inminente de su carrera como reportera gráfica. Finalmente, el 27 de agosto de 1971 a causa del avance de su enfermedad.

ANNA WHEELER
Anna Doyle Wheeler fue una pionera del feminismo y una importante reformista, nació en 1785 en Irlanda. Wheeler era hija del reverendo Nicholas Milley Doyle y de Anna Doyle, cuyo apellido de soltera era Dunbar.

Tras la muerte de su padre, Anna Wheeler quedó bajo la tutela de su tío, John Doyle, y aunque no recibió educación de forma institucional, optó por elautodidactismo para aprender francés, filosofía, geografía y política. Su trayectoria periodística y activista es notable por su colaboración con importantes figuras de la época y sus contribuciones literarias y oratorias. En el año 1800 se casó, a una temprana edad, con Francis Massy- Wheeler, un masón rico y reputado mujeriego. La hermana soltera de Anna, Bessie, cuidaba de sus hijas mientras ella aprendía más sobre filosofía a través de los libros de Diderot, Voltaire y Condillac entre otros.


Se trasladó junto a sus dos hijas a Inglaterra tras separarse de su esposo, donde se sumergió en los círculos radicales y reformistas. Fue una estrecha
colaboradora de William Thompson, un reputado filósofo activista. Junto a él creó en 1825 la influyente obra Appeal of One Half the Human Race, Women, Against the Pretensions of the Other Half, Men. Y a pesar de que sólo
Thompson figura como autor, se sabe de la participación de Anna Wheeler como escritora de la obra porque él mismo lo reconoció, resaltando su importante contribución en los argumentos que aparecen en el libro.

La obra era una dura crítica a las instituciones sociales por perpetuar la opresión de las mujeres, y abogaba por la igualdad política y educativa entre ambos sexos.
A lo largo de su carrera, destacó en el ámbito periodístico por escribir numerosos artículos y cartas. Estas piezas estaban escritas bajo seudónimo, al igual que muchos artículos de sus coetáneas por el entorno hostil hacia la mujer. Su firma bajo seudónimo era Vlasta y estaba inspirada en una importante figura checa que luchaba por la liberación de las mujeres.

Sus artículos fueron publicados en varias revistas, entre las que destacaba The British Co-operator. Fue en esta revista donde presentó en 1830 The Rights of Women, un ensayo en el que la autora defendió la educación y la independencia económica de las mujeres. Para defender estos derechos alegó que la ignorancia y la falta de desarrollo intelectual de las mujeres eran perjudiciales tanto para ellas como para los hombres, puesto que eran ellas las que estaban la mayor parte del tiempo con sus hijos y debían poder ser capaces de darles la educación que merecen.


Esta periodista se caracterizó principalmente por su gran capacidad de oratoria y era considerada muy apasionada en sus discursos. Los discursos públicos que hizo en lugares como la South Place Chapel en Londres, un centro de encuentro para reformistas radicales, fueron conocidos a gran escala. De todos ellos destaca el discurso que dio en 1829, donde refutó los argumentos contra la condición de superioridad masculina con respecto a la mujer y pidió a estas que se organizaran con el fin de abolir las desigualdades y promover un sistema educativo igualitario.


Anna Wheeler participó en la fundación del periódico francés La Tribune des femmes. Este diario estaba dedicado a la defensa y promoción de los derechos de las mujeres y en él colaboraban figuras femeninas de la sociedad francesa que contaban con una fuerte presencia en los ámbitos del feminismo y el socialismo, como Flora Tristan y Suzanne Voilquin, lo que contribuyó a que el compromiso del medio con la igualdad de género y la justicia social se viera más consolidado.


En 1840 decidió retirarse de la vida pública por problemas de salud. En 1848, falleció en Londres, pero esto no impidió que su legado y su influencia perdurara a través de sus escritos a lo largo de la Historia. Su hija Rosina y su nieta Constance Lytton continuaron su lucha por la obtención de los derechos de las mujeres.

SIMONE DE BEAVOIR
Simone de Beauvoir fue una escritora, filósofa y teórica feminista francesa nacida en 1908 en París. Tras graduarse se dedicó a la docencia y, más tarde, comenzó su carrera como escritora y ensayista. Simone de Beavoir dedicó toda su vida a escribir, su obra "El segundo sexo" fue la más influyente en su carrera y es considerado uno de los textos más importantes del feminismo.

En sus libros trataba de denunciar la situación que vivían las mujeres en esa época. Pese a no ser principalmente conocida como periodista, también incursionó en el periodismo en diferentes momentos de su vida. Simone escribió artículos para varias publicaciones de periódicos y revistas, en los que abordó los temas característicos de sus libros: temas político-sociales y proclamas feministas.


Simone de Beauvoir falleció en París el 14 de abril de 1986. A lo largo de toda su vida, Beauvoir estuvo activamente involucrada en causas políticas y sociales, luchando principalmente por los derechos de las mujeres. Hoy en día, es considerada una de las grandes y más referentes mujeres feministas de todos los tiempos.

FRANÇOISE GIROUD
Lea France Gourdji, más conocida como Françoise Giroud, nació en Suiza en 1916. Fue una importante periodista, política y escritora.

Nació en una familia humilde y no se graduó en la universidad. Durante la segunda guerra mundial
fue agente de unión de la Resistencia francesa, por lo que la detuvieron y fue encarcelada.


Era una mujer con las ideas muy claras y ni su tiempo en la cárcel la hicieron desvincularse de sus propósitos, seguía estando firmemente en contra de la Guerra de Argelia. Por otra parte, alegaba a favor de la lucha de los derechos
de las mujeres y en favor de la libertad de prensa.


Destacó por su papel en la política francesa, llegando a ser la vicepresidenta del Partido Radical y Radical Socialista y, por otra parte, de la Unión por la Democracia Francesa. En 1953 funda el seminario Express, un periódico que apoyaba la orientación de política de izquierda. También colaboró en Le Nouvel y fue directora de la revista Elle, una conocida revista de moda.

CLARA MALROUX
Clara Malroux, una mujer de letras y resistencia, nació en el seno de la familia Goldschmidt en 1897. Su vida estuvo marcada por la literatura y la lucha, siendo una reconocida escritora y traductora francesa, y un valiente miembro de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de la guerra, Clara volvió a París y se sumergió en el mundo de las letras, creando obras notables como “Portrait de Grisélidis” (1945) y “La Lutte inégale” (1958). Pero su obra maestra fue su autobiografía, “Le Bruit de nos pas” (“El sonido de nuestros pasos”), que se publicó en seis volúmenes entre 1963 y 1979.


Clara comenzó su carrera literaria traduciendo obras del alemán, algunas de las cuales se publicaron en la revista L’Action. A través de este trabajo, se codeó con grandes figuras de la literatura francesa como Blaise Cendrars, Jean Cocteau, Louis Aragon y André Malraux. Después de la guerra, su pluma se extendió a la prensa, donde trabajó como periodista, ensayista y escritora de ficción.
Clara y su esposo, André Malraux, se destacaron por su activismo antifascista en las décadas de 1920 y 1930.

Cuando los alemanes invadieron Francia en 1940, Clara huyó a la Zona Libre, donde se unió a la Resistencia francesa. A pesar de vivir en la clandestinidad, Clara desarrolló ideas sobre la representación de las mujeres en la literatura francesa. Después de la guerra,
regresó a París y continuó su labor como periodista, ensayista, escritora de ficción y traductora. Su escritura se basa en sus experiencias personales, y su
obra más conocida, “Le Bruit de nos pas”, es un testimonio de ello. Sus libros posteriores describen su conexión con el judaísmo y sus intentos de hacerse un lugar en una sociedad misógina y antisemita.

MARTHA GELLHORN
Martha Ellis Gellhorn, nacida el 8 de noviembre de 1908, fue una destacada periodista, novelista y autora de relatos de viajes de origen estadounidense.

Su contribución al periodismo de guerra durante el siglo XX la sitúa entre las corresponsales más respetadas de su tiempo. A lo largo de seis décadas de carrera, Gellhorn cubrió casi todos los conflictos importantes que ocurrieron en el mundo.
Era la hija de Edna Fischel Gellhorn, una defensora del sufragio femenino, y George Gellhorn, un médico ginecólogo de ascendencia alemana.

Gellhorn mostró una pasión temprana por el periodismo y la escritura. Tras colaborar con diversas publicaciones, entre ellas The New Republic, Gellhorn se unió a la Administración Federal de Alivio de Emergencia, viajando por todo Estados Unidos para informar sobre los efectos de la Gran Depresión.


En 1937, Gellhorn asumió su primer encargo como corresponsal de guerra, cubriendo la Guerra Civil Española para la revista Collier’s Weekly. Durante este periodo, inició una relación con el famoso escritor Ernest Hemingway, con quien contrajo matrimonio en 1940 y del que se divorció poco después.
Gellhorn recorrió el globo para informar sobre acontecimientos de gran relevancia, como los juicios de Núremberg, las guerras árabe-israelíes de 1967 y la Guerra de Vietnam. En 1944, se disfrazó de enfermera para poder presenciar de primera mano los desembarcos durante la Segunda Guerra Mundial. Gellhorn, siempre escéptica respecto a los políticos, defendió con vehemencia los derechos de los más desfavorecidos.

Su obra literaria, caracterizada por un estilo sobrio, incluye las novelas “A Stricken Field” (1939) y “The Lowest Trees Have Tops” (1967), así como una recopilación de relatos cortos titulada “The Weather in Africa” (1978).
Martha Gellhorn falleció en 1998, a los 89 años, aparentemente por suicidio, tras una larga enfermedad que la dejó casi totalmente ciega. En reconocimiento a su legado, se estableció el Premio Martha Gellhorn de Periodismo.

CLARE HOLLINGWORTH
Clare Hollingworth nació el 10 de octubre de 1911 en Leicester, Inglaterra. Fue una figura muy representativa del periodismo, tanto en el ámbito femenino como en el masculino, ya que es conocida por haber vaticinado la invasión nazi de Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial días antes de su estallido. Es considerada pionera en el mundo del periodismo por ser la primera en informar del comienzo de la guerra.
Su pasión por la escritura y el periodismo apareció cuando era niña, y aunque su madre se mostró reacia ante los deseos de su hija de dedicarse a esta profesión, no dejó atrás su sueño de ejercer como periodista.

Su madre se vio obligada a aceptarlo cuando comenzó a escribir artículos y piezas periodísticas como freelance para la revista política News Statesman. Años después, trabajó como secretaria para la League of Nations Union (LNU) a la par que continuaba sus estudios sobre
Europa del Este en la Universidad.

En 1936 se casó con Vandeleur Robison, que también pertenecía a la LNU, pero se divorció en 1951 para casarse en ese mismo año con Geoffrey Hoare, corresponsal del Times. Su segundo matrimonio duró hasta el fallecimiento de Hoare en 1965. A pesar de haber estado casada dos veces, no tuvo hijos.
En 1939 viajó a Polonia para colaborar en la British Commitee for Refugees, una organización humanitaria que ayudaba a los refugiados checoslovacos que huían del país tras la invasión de Hitler. Entre marzo y julio de este año estuvo en la zona para contribuir en la huida de miles de checoslovacos en navíos británicos. Arthur Wilson, director del periódico The Daily Telegraph, se mostró interesado en la labor que había desempeñado Clare Hollingworth en estos proyectos y le gustó tanto que decidió contratarla como periodista del medio.


Cuando tenía 27 años, una semana después de comenzar su trabajo en la redacción de The Daily Telegraph, la periodista decidió trasladarse a la frontera entre Polonia y Alemania en un coche del consulado. Fue entonces cuando descubrió una formación de tanques alemanes encubiertos que estaban preparados para entrar en combate.

Ante semejante descubrimiento, Hollingworth informó de los hechos al periódico con el fin de que se publicara de manera inmediata para vender la noticia como una exclusiva.
El 1 de septiembre de 1939 comenzó la invasión alemana a Polonia, ya que fue en esa misma mañana comenzaron los bombardeos de Alemania a Polonia. Clare Hollingworth escuchó desde su habitación ubicada en Katowice el ruido de las bombas cayendo sobre el territorio polaco, por lo que llamó de inmediato a la redacción del periódico para informar de los acontecimientos. Esta información fue recibida con incredulidad, por lo que tuvo que sacar el teléfono por la ventana para que escucharan los bombardeos desde Londres.

Una vez convencidos de la veracidad de la información que Hollingworth, la plantilla de The Daily Telegraph publicó en la edición diaria del periódico la noticia del inicio del conflicto.
Fue corresponsal de guerra durante todo el conflicto, puesto que se dedicó a la cobertura de la contienda desde su inicio. Pero no fue el único acontecimiento que cubrió, ya que ejerció como corresponsal en Rumania, donde informó de la abdicación de Carlos II, y en Egipto, Turquía y Grecia, lugares en los que presenció la internacionalización del conflicto.

Trabajó también como corresponsal en Argel para el periódico Chicago Daily News para realizar la cobertura de la llegada de las fuerzas del general Eisenhower y en Irán entrevistó a Mohammad Reza Pahlavi. Esta entrevista fue uno de los hitos de su carrera, ya que fue la primera persona en entrevistarlo.
Además de trabajar en la revista News Statesman y en los periódicos The Daily Telegraph y Chicago Daily, formó parte de la plantilla de medios de gran alcance, como The Guardian y The Observer. En estos dos últimos
cubrió los conflictos que tuvieron lugar en Oriente Próximo, Vietnam y China. Fue en 1973 cuando comenzó la cobertura del conflicto en China, donde estuvo instalada varios años, para The Daily Telegrapher.

En 1981, aún instalada en Hong Kong, se retiró de su carrera periodística, pero permaneció en la ciudad hasta su muerte, que tuvo lugar el 10 de enero de 2017.
Hollingworth tuvo una vida muy longeva, ya que falleció a la edad de 105 años.

Resumen y Reseña

Fuente: RTVE

Fuente: RTVE

Fuente: Casa del Libro

Fuente: Casa del Libro

Resumen y reseña

El libro Las primeras periodistas (1850-1931). Profesionalización y activismo en España, Francia y Reino Unido, de la autora Carolina Pecharromán hace un recorrido por los siglos XIX y XX para indagar más en la historia de las mujeres pioneras en el periodismo europeo, especialmente en el periodismo español. Esta obra es una tesis doctoral convertida en libro centrada en resolver incógnitas como la de cómo estas mujeres, a pesar de los obstáculos sociales y profesionales basadas en un mundo enteramente masculino, lograron abrirse camino en una industria en la que el protagonista era el patriarcado.

A lo largo del libro, Carolina Pecharromán destaca figuras femeninas claves en el ámbito periodístico de Francia, Inglaterra, España y Estados Unidos, las cuales hemos intentado plasmar en este reportaje en la medida de lo posible, aunque hemos preferido dar prioridad a las menos conocidas con el objeto de darles mayor visibilidad y reconocimiento. Nos ayuda a conocer cómo una gran cantidad de mujeres fueron fundamentales para la creación y dirección de diversos medios de comunicación y cómo sus contribuciones a la literatura y al periodismo fueron claves para el avance de la sociedad y del pensamiento social.

Destaca además la hermandad y solidaridad que existía entre las periodistas de la época, que se ayudaban mutuamente para sobrevivir en un entorno lleno de hostilidad y para prosperar en su profesión. Esta red de apoyo fue crucial para la profesionalización de las mujeres en el periodismo y su reconocimiento en la esfera pública.

La autora analiza también la creación de espacios dedicados a las mujeres en Europa, como el Lyceum Club y Lagham Place Circle, que sirvieron como plataformas para el intercambio de ideas y la promoción de los derechos de las mujeres. Estos espacios tuvieron un papel fundamental en el avance de las mujeres en el periodismo y otras áreas profesionales.

 

Es un libro muy interesante que permite profundizar en el conocimiento de la historia de las mujeres periodistas y de las mujeres en general, ya que en él se recopila el pensamiento social hacia las mujeres de todas las clases sociales, condiciones y oficios.

Lo recomendamos encarecidamente a aquellas personas que quieran documentarse en el campo del papel histórico de la mujer y a todos los periodistas porque no solo recupera la memoria las mujeres pioneras en el periodismo, sino que también subraya la necesidad de revisar y ampliar las narrativas históricas para incluir sus contribuciones y es una reivindicación que nos invita a conocer más sobre el mundo femenino en su totalidad y su papel y función social a lo largo de estos siglos.

Es un homenaje a la valentía y determinación de las mujeres que abrieron el camino para las generaciones futuras de periodistas y de todas las mujeres que han luchado por sus derechos y que se han visto oprimidas por la sociedad y por el sexo masculino.